Lodo, Frustración y un Fondo a Medias
Un plan sencillo (o eso creía)
Hace dos días hice un 5K All Out en donde contra todo pronóstico rompí mi record personal. Aún con la sensación de victoria en la sangre me dispongo a correr un fondo tranquilo, el plan son 12 km fáciles, pan comido después de estas cuatro semanas de entrenamiento.
El universo, como siempre, tiene preparado un plan distinto.
Ayer la tormenta Lorena se estacionó durante todo el día en algún punto del Pacífico y estuvo lloviendo casi sin parar desde la madrugada hasta la noche. La lluvia le pegó una buena revolcada, literalmente, a la ciudad, inundando varias calles y colonias por completo.
La ruta para el fondo sería la misma que la semana pasada, con una vuelta al cerro pero con las lluvias de ayer la pista del cerro seguramente estaría enlodada y llena de piedras. Lo mejor será cambiar de ruta y simplemente correr los 12K por las calles.
Es de mañana, hay 25°C y la humedad está a full, significa que está fresco pero voy a sudar. Está nublado pero hoy no se esperan lluvias.
El martes pasado, el día que solo tuve 30 minutos para correr, se murieron mis audífonos en la tercer canción de una playlist que me había gustado especialmente. Decidí reciclarla y extenderla para una carrera más larga. Tal vez desde ahí empezamos mal.
Después de calentar, le doy play a la música e inicio Strava.
Una ejecución complicada (la lucha contra el terreno)
Desde el arranque vi que la carrera no sería sencilla. La curva para salir de la casa estaba completamente enlodada. "No pasa nada", pienso, "camino este tramo y me arranco más adelante".
Más adelante estaba igual.
Hasta ahora en los easy / long runs la lucha siempre era no acelerar demasiado, encontrar el ritmo 6:45 min/km y quedarme ahí. Justo hoy que salí con la intención de agarrar un nuevo ritmo "fácil" de 6:20-6:30 me encuentro con la imposibilidad total de acelerar.
En cada tramo de la calle hay un charco, de agua o de lodo.
Avanzo por la calle, saltando entre la banqueta y la calle y después la banqueta de nuevo, tratando de encontrar el mejor lugar para dar un paso firme.
Entre querer acelerar y no poder, y el no tener la seguridad de poder dar un paso sin resbalar la frustración empieza a crecer lento, pero sin detenerse, dentro de mi.
Crónica de la Rendición Mental
En el último disco de Bunbury, "Cuentas Pendientes", hay una canción buenísima que se llama "La Hiedra", que la escuchas y se siente una ansiedad que va creciendo de a poquito. La letra en una parte dice:
¿QUÉ ES ESTE MIEDO QUE ME VA PUDRIENDO?
QUE ME AMENAZA CON QUERER MATAR
Y NO ME MATA, PERO ME DESARMA
Y NO ME DEJA AVANZAR
La canción no estaba en el playlist, pero les juro que esa letra era lo único que escuchaba una y otra vez, en bucle, con cada nuevo paso en falso que daba.
Cuando inicié la sesión del día el plan para los 12 km era muy simple, avanzo 6 km en una dirección y luego regreso.
Había avanzado apenas 3 kilómetros y el hartazgo era tanto que el monólogo en mi cabeza solo repetía "ya no quiero estar aqui". Al llegar al kilómetro 4 decidí que había sido suficiente, no completaría los 12 km, me conformaría con 8, y emprendí el camino de regreso.
Esta vez no hubo diálogo interno, ninguna voz intentó convencerme de seguir, todas las voces me decían que regresara desde la primer curva llena de lodo.
El viento a favor
El camino de regreso se hizo más fácil, ya "conocía" el terreno y sabía cuando y donde debía bajarme de la banqueta o cruzar la calle, pero además llevaba la tranquilidad de saber que ya solo faltaban 4 km para que la tortura terminara.
Curiosamente, en el kilómetro 7 comenzó a sonar "El viento a favor" de Bunbury, una canción que tiene una positividad absoluta que se resume en "si ya no puede ir peor, solo puede ir mejor":
Si ya no puede ir peor
Haz un último esfuerzo
Espera que sople el viento a favor
Si sólo puede ir mejor
Y está cerca el momento
Espera que sople el viento a favor
Como si hubiera estado esperando esa canción decidí bajar el ritmo y correr rápido durante toda la canción, un breve respiro antes de terminar la carrera, ese kilómetro lo cerré en 6:08 min/km.
Una de las lecciones del martes fue que un mal entrenamiento es infinitamente mejor a no entrenar en absoluto. Hoy me tocó reforzar esa idea a la mala, el plan era 12 km, hice 8, en ese momento con la nube encima de mi cabeza lo vi como un fracaso, pero la realidad es que hasta en días de lodo, los kilómetros suman.
Al final el fondo 12K se convirtió en un fondo de "mantenimiento" de 8K, con un ritmo promedio de 6:33 min/km. Un día más completado.
Lecciones aprendidas: el #QUEMALPASO de hoy
- A veces, el enemigo no es la distancia, sino el terreno. Hoy el cuerpo estaba dispuesto pero la mente no pudo con el hartazgo de luchar contra las condiciones del camino.
- Un mal camino puede ser un buen maestro. Correr en lodo, charcos y superficies irregulares obliga a trabajar la estabilidad, la fuerza de tobillos y el enfoque mental. Es un entrenamiento diferente, pero valioso.
- La victoria не siempre está en la meta, a veces está en darse la vuelta. Decidir parar en el km 4 no fue un fracaso, fue una decisión consciente por salud mental. Y esos 8km totales, a pesar de todo, suman.
Playlist del sufrimiento
La playlist del martes, en su versión extendida. La lección del día tal vez sea no reciclar playlists:
- Autos Nuevos - El Cuarteto De Nos
- Tesoro - Leo García (ft. Gustavo Cerati)
- En el cuarto de Nico - El Cuarteto De Nos
- Nada - Zoe (ft. Bunbury)
- Tumbas de sal - Héroes del Silencio
- Un hombre en el espacio (2001) - Bunbury
- Ya No Se Que Hacer Conmigo - El Cuarteto De Nos
- Isla - Leo García
- Eso que llevas ahí - Fito Paez
- El viento a favor - Bunbury
- Flaca - Andrés Calamaro
- Un amor Violento - Los Tres
- Despertar - Héroes del Silencio
Sígueme en mis redes
Hoy, la batalla la perdí en mi cabeza en el kilómetro 4. ¿Alguna vez te has dado la vuelta en una carrera, no por dolor físico, sino por pura y llana frustración? Comparte tu historia de rendición (y redención) en mis redes, me encuentras en Instagram y Twitter como @quemalpaso.